a mediodía

las manos hechas para amasar el mundo
los ojos para rehacer la energía
has visto esos dedos
que asoman como frutos
recien nacidos
corren ríos de voces
por las calles
el mediodía es un bullicio
exultante
que no permite resuello
sube al tren de la vida
ríe con los viajeros
el vino en las venas
la hierba en las bocas
la calle te lleva
el sol te contagia
alegría plena

piel de viajero

La piel dura y áspera. La senda es ardua y solitaria, sólo te saludan los pobladores del desierto. No te importunan, para eso está el plomizo sol y la arena del desierto. Buen viaje.